Vivir una relación tóxica con una pareja actual o con un ex, puede ser fácil de detectar. Generalmente, vincularse con una persona que no te hace bien daña tu autoestima y te genera más momentos de angustia que de felicidad.
Más precisamente, según el psicólogo y terapeuta, Joan Garriga con una relación tóxica “nos experimentamos tensos, malhumorados, crispados, deprimidos o debilitados”. Pero además, existen otras señales que nos pueden advertir que vivimos un vínculo dañino:
- Manipulación: a veces, de manera inconsciente las personas ingresan a un juego psicológico en el que uno de los integrantes de la pareja quiere mostrarse como víctima, luego de generar un conflicto.
- Cuando tu ex pareja o pareja actual se muestra irascible y descarga su mala energía sobre tí, hace que naturalmente quieras pasar desapercibido en la relación y andar andar de puntillas no generar peleas y broncas.
- No sentir que tu ex pareja pueda ser una persona con la que hablar y solo te utilice como terapeuta consume tu energía y hace que no puedas hablar con tranquilidad acerca de cómo te sientes.
- Los celos y el control posesivo es un gran signo de toxicidad. Cuanto tu ex quiere controlar lo que haces, impide que vivas tu vida con libertad e incluso busca saber cada paso que das o con quien te juntas, no son buenos indicios de una relación saludable.
- Si sientes que no eres escuchado o escuchada, por lo que tus necesidades son puestas en un segundo plano o cuestionadas, es importante que te sobrepongas y dejes en claro cuáles son tus intenciones. En una relación sana, las dos opiniones importan y el espacio para intercambiar decisiones no son puestas en juicio.
Lo importante, es que una vez que detectes alguna señal de estas, u otras que simplemente no van contigo, ten en cuenta que siempre tienes el poder de decidir. Y si bien la decisión a veces no puede ser fácil, busca ayuda de tus seres queridos o de acompañamiento profesional para que te de las herramientas necesarias para estar bien.